La vitamina D es una pro-hormona esteroide liposoluble que se genera principalmente en la piel mediante conversión fotoquímica del 7-dehidrocolesterol.
La vitamina D tiene dos formas biológicas relevantes, la vitamina D3 (colecalciferol) y la vitamina D2 (ergocalciferol). Tanto la vitamina D3 como la D2 se pueden absorber de la comida, siendo la vitamina D2 de fuente artificial, aunque tan solo de un 10% a un 20% de la vitamina D se adquiere a través de la ingesta nutricional. Las vitaminas D3 y D2 pueden encontrarse en los complejos vitamínicos.
La 25-hidroxivitamina D es la principal forma de almacenamiento de la vitamina D y está presente en la sangre en concentraciones hasta 1000 veces superiores con respecto a la forma activa 1,25 dihidroxivitamina D. La 25-hidroxivitamina D tiene una semivida de 2 a 3 semanas y la 1,25-dihidroxivitamina D de 4 horas. Por este motivo, la 25-hidroxivitamina D es el analito elegido para la determinación del estado de la vitamina D.
Los estudios epidemiológicos han mostrado una prevalencia global elevada de insuficiencia y carencia de vitamina D. Las mediciones del estado de la vitamina D brindan oportunidades para intervenir de manera preventiva y terapéutica.
La carencia de vitamina D es causa de hiperparatiroidismo secundario y de patologías que derivan en alteraciones del metabolismo óseo (como raquitismo, osteoporosis, osteomalacia). Las concentraciones reducidas de 25-hidroxivitamina D en sangre (insuficiencia de vitamina D) se han asociado con un riesgo elevado de padecer enfermedades crónicas, incluidos tumores malignos, enfermedades autoinmunitarias o infecciosas o trastornos cardiovasculares.
Q.F.B. Sergio Ovalle
Orthin Lab